Sé tú el que aparta la piedra del camino
Esta semana les cuento un cuento, les hablo de la disrupción y les recomiendo una serie del Pascalverso.
Hay un cuento que me encanta compartir en las clases de storytelling, y que me impactó muchísimo porque hace llegar el mensaje con una sencillez impresionante. Se necesita unos minutos para contarlo, así que no sirve para un elevator pitch, sino más bien para una charla TED.
Se trata de la historia de un rico empresario de una región famosa por sus maravillosos viñedos, todos de clase mundial, todos famosos y buscados en el mundo entero. Resulta que la hija de este empresario anunció su matrimonio, y decidieron que para celebrar la boda no tendrían uno, sino todos los mejores vinos de sus vecinos.
Algunos de ellos habían fundado sus viñedos con la ayuda de él, otros eran familiares que habían soñado con su propia cosecha, y todos recibían sus consejos.
Era más que entendible que para la boda de su hija, ese momento tan especial, el quisiera hacer un coupage de vinos, una mezcla de vinos que busca mejorar el resultado final: sería el mejor vino de la región, sería único y de todos.
Se dispuso entonces de varias barricas en la sala de fiestas del viñedo principal, para que cada casa, cada familia llevara algunas botellas de sus mejores caldos y las vaciaran allí. Durante varias semanas así ocurrió, uno a uno vaciaban cinco, ocho, diez botellas en las barricas.
Llegó el gran día, y para el brindis que celebraba la boda de su hija abrieron una de las barricas, tomaron una jarra de metal y la llenaron. El padre de la novia levantó la jarra y brindó a la salud de su hija, de su esposo y de todos.
Al probar lo que suponía iba a ser un finísimo néctar, algo raro pasó: era agua. Abrió una segunda barrica y llenó la jarra, agua de nuevo.
Repitió la operación todas las veces que fue necesario, y siempre el resultado era el mismo, las barricas estaban llenas de agua, no de vino.
No se trata de ningún conjuro mágico, sino que ninguno de los invitados, dueños de esos famosos viñedos, quiso regalar su vino si no iba a ser protagonista de la noche.
Todos, además, pensaron, “¿quién se va a dar cuenta de que yo no puse vino sino agua?” y ninguno contó con que todos los demás iban a pensar igual.
En la vida, en las relaciones personales, en el trabajo, hay gente así, gente que espera que los demás hagan el esfuerzo, que los demás muevan la roca atravesada en el camino, que los demás resuelvan.
Esa es la gente que hace el mínimo esfuerzo, cuando lo hace, la gente que se conforma con la mediocridad y que siempre tiene una crítica para el trabajo de otros, los que encuentran un problema para cada solución.
Cuando se es disruptor, es todo lo contrario a eso. El disruptor, el que ayuda a que el mundo progrese y cambie (desde lo más pequeño a grandes cambios en la sociedad) no puede evitar buscar la solución cuando ve un problema. Y no lo hace desde una posición de superioridad moral, sino que se remanga la camisa y pone lo mejor de si para que todos progresen.
El disruptor buscar mejorar los procesos, o crearlos si no existen. El disruptor además necesita trabajar en equipo, le gusta enseñar, liderar, ayudar a que el equipo triunfe, porque esa es la forma en la que muchos se convertirán en disruptores, mejorando la sociedad para todos.
Gabriela Mistral decía que dónde haya un esfuerzo que todos esquivan, lo hicieras tú, que fueras tú quien apartara la piedra del camino.
Para el disruptor no hay otra opción, para el mediocre es un horror.
Sé tú el que aparta la piedra del camino.
The Last of Us (HBO Max). Basado en el famoso videojuego y protagonizado por Pedro Pascal (Game of Thrones, The Mandalorian, Narcos, WW1984 y hasta en The Mentalist ha aparecido), es otra de esas obras maestras de HBO, donde cada episodio está producido como una pieza para el cine. Debo confesar que las historias de zombies o de entes parecidos a los zombies no son mis favoritas (aunque me encantó Soy Leyenda en su momento), y me llenan de angustia, pero la curiosidad por lo que vaya a pasar semana a semana en esta serie me obliga a verla…muy dosificada.
Will Trent (ABC y Hulu). Este investigador del Georgia Bureau of Investigation (GBI) es a ese que llaman cuando los casos se tornan muy complicados…como pasa con todos los detectives protagonistas de todas las series. Es un personaje muy interesante, una mezcla de Sherlock con alguien más maniático aun, es una serie con unos personajes interesantes, con sus muy humanas fallas y con sentido del humor. A pesar de que es lo que se llama una “serie policial procedimental”, es bastante ligera y muy recomendada.
The Rookie Feds (ABC y Hulu). Si han visto The Rookie, les puede gustar esta serie, un spinoff de aquella y centrada en una nueva unidad del FBI en Los Angeles que trata de resolver crímenes con ideas “fuera de la caja” o poco convencionales. Igual que The Rookie, aquí la protagonista (Niecy Nash como “Simone Clark”) es una persona que decidió entrar al FBI luego de la edad recomendada, pero por su carisma y simpatía solo le hacen la vida difícil los primeros dos episodios, y unos 30 segundos por episodio de vez en cuando, y se centran más en mostrar como su conocimiento previo (fue consejera estudiantil por muchos años), además de su entrenamiento formal, la ayuda a resolver las más tensas situaciones.